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Que Decidir?

No me imaginaba un retorno a la escritura de esta forma o con un tema como el que abordaré, pero al final no soy yo el quien maneja los tiempos, los temas, son las circunstancias que chocan tu alma y la despiertan, para luego sentirlas dentro de tu corazón y de ahí surgen o brotan tanto lágrimas, risas, alegrías, canciones y letras.

Hace unos días me encontraba leyendo un libro sobre los inicios del Gran Julio César de Roma, creo que la gran la mayoría de todos nosotros hemos leído o escuchado parte de su vida; pero este libro es bien particular por te retrotrae a sus inicios, a su niñez sus pequeñas grandes victorias en fin un libro en el que puedo profundizar en otro momento.

Pues bien, hay una parte de ese libro que me cautivó, teniendo César unos doce años y siendo sobrino del gran Cayo Mario gran general romano y líder de la fracción de los populares en Roma, los cuales querían un cambio en el sistema político y económico con un distribución de la riqueza más equitativa; llega a la casa de César Cinna otro líder de los populares acompañado de su hija de apenas 8 años, cuyo nombre era Cornelia. El objetivo de la reunión era para pactar la alianza entre las dos familias mediante la boda de César con Cornelia cuando ésta última ya fuese mujer – según la tradición romana esto sucedía cuando la mujer tenía su primera menstruación – pasaron varios años hasta que la boda se llevó a cabo; pero esta pareja fue totalmente diferente a muchos o casi todos los matrimonios arreglados de aquella época. Entre ellos creció el amor, la devoción que tenía César ante su esposa era absoluta, la confianza, el cariño, las ganas de comerse el mundo junto a ella y lo más importante sentirse amado por la que a sus ojos era la mujer más bella del mundo.

A los dos años luego de llevarse la boda, fallece el padre de César y éste asume el rol de pater familia. En esos momentos, la facción de los populares pierde el poder frente a los senadores más conservadores de roma y se instaura una dictadura dirigida y gobernada por el Senador Silas. Silas promete exterminar con toda la facción de los populares, sin embargo, trata de darle una oportunidad a Julio César y lo cita a una reunión en la cual le exige que se divorcie de Cornelia y que se case con otra patricia romana, pero de una familia a fin al sistema político que se estaba instaurando en Roma por medio de Silas. En ese momento Julio César tenía que decidir entre su vida o divorciarse de su esposa. Por otro lado, Cornelia, sabiendo la propuesta que le harían a Julio César, antes de salir hacia esa reunión le exige que acepte el divorcio con tal de conservar su vida; es decir, Cornelia, pone la vida de su esposo por encima de su felicidad, de su amor y de su bienestar.

Al final Julio César decide no acceder a la petición de Silas y decide enfrentarse al hombre más poderoso de Roma en esos momentos, al  hombre que podía acabar con su vida con solamente una señal, y pone por delante de todo y de su propia vida a su amor, a su Cornelia. Tal gesto de valentía dejó impactado al mismo Silas que le perdona la vida a Julio Cesar, pero lo obliga a exiliarse de Roma por un tiempo, pero siempre casado con Cornelia, su compañera, su amiga, su fiel aliada y sobre todo su amor.

Sé que muchas veces las circunstancias nos hacen pensar lo peor, nos hacen que perdamos todo tipo de esperanza; pero si hoy estoy escribiendo de nuevo después de tanto tiempo es para decirte, hey amigo, no dejes de luchar, no pierdas la esperanza que muy posiblemente muy pronto encontrarás a tu Cornelia y tú amiga, sécate las lágrimas, levántate, ten fé, lucha, no pierdas la esperanza, que muy probablemente tu Julio César está ya a tu lado y tú no te has dado cuenta.

Trajano.


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