Que falta haces …
Hace algún tiempo revisando un álbum de fotografías mías de cuando era niño, me centré en una de las que más me gusta,,, creo tener unos cuatro o cinco años, ando vestido con pantalón jeans color blanco, camisa roja y unas botas negras,,, voy caminando en una de las calles de mi querido León y voy de la mano de nuestro padre. Esa foto refleja para mí lo más preciado que Dios me ha dado en esta vida y es mi Padre y la relación que tengo con él. Sin embargo; luego de deslumbrarme y conmoverme por un buen tiempo viendo la foto, pensé irónicamente que en la vida nada me ha faltado; pero luego de reflexionarlo aún por más tiempo, la verdad es que sí. Me ha faltado mi hermano. Tú me has faltado.
Naciste cuando yo tenía la edad de 5 años; más o menos la edad de la foto que hago mención. Cuando yo nací mi Madre se vio con algunas complicaciones; pero al final todo salió bien; pero ella quedó padeciendo crónicamente de presión arterial alta. Cuando tú naces de igual forma se presentan complicaciones y me cuentan que no se te desarrollaron bien los pulmones y que no te daban mucho tiempo de vida. Me cuenta mi padre que me llevó al hospital a conocerte; pero sobre todo a despedirme de ti. No tengo recuerdos en mi mente de esos momentos. A como los médicos proyectaron a los pocos días te fuiste volando de este mundo y te convertiste en angelito. Mi angelito. Mi protector en el cielo.
Pese a lo anterior; tengo que reconocer que me hubiese encantado conocerte, compartir mi vida contigo, que mis hijos tuvieron un tío con quien jugar y en quien refugiarse cuando yo los regañara, que tuvieran una persona referente si su padre algún día faltara. Muchas veces durante mi niñez recuerdo llorar por las noches, solo, en silencio y a oscuras. Llorando por tí, extrañándote. Que sentimiento más raro ahora que lo analizo. El amor y sentimiento de hermanos va más allá de cualquier barrera humana y espiritual. Sin conocerte, sin verte y ni tan siquiera poder recordar tu rostro, desde niño he llorado por tí. Quería jugar contigo, quería discutir contigo, quería disputar la atención de mis padres contigo, quería reír contigo, quería que fueses mi cómplice, en síntesis quería tener a mi hermano conmigo.
La adolescencia y sus turbulencias hicieron que te olvidara un poco. Mi enfoque en la universidad, mis salidas, novias, etc tenían mi mente muy ocupada. Después mi primer trabajo, en fin el mundo lo he de reconocer me envolvió por completo.
Hoy no tienes idea cuanto te extraño, cuanto quisiera poder verte. Cuanto quisiera poderte decir que llegues a cenar a mi casa hoy por la noche, tomarnos algo y contarte tantas cosas que hay dentro de mí que únicamente las puedo compartir con un hermano. Quisiera poder llorar con libertad a como lo hago al escribir estas líneas recordándote. Como quisiera poder verte llegar mañana sábado por la mañana y que te lleves a Oscar Andres a jugar soccer y estés con él en su práctica. Que Fernanda y Lucía sean tus princesas, tus consentidas,,, tus joyas.
Si. La verdad que falta haces. No sólo a mí, pero también a mis hijos y sin mencionar a mi madre que te ama y te recuerda desde el día que naciste y que es hoy y todavía sufre en silencio tu partida como el primer día.
Siempre he querido escribir y tener mi rincón para poder hacerlo. Y siempre supe que mi primera experiencia en ese rincón de escritura tenía que ser dedicado a ti, mi hermano.
Atentamente;
Tu hermano